Los que se meten bajo la oscuridad del faldon

martes, 7 de septiembre de 2010

A dos amigos...

Anoche, mientras celebrábamos las añadas que cumple un buen vino que se está dejando envejecer en una buena barrica, tuve la suerte de compartir un buen rato de amena tertulia con unos buenos amigos, mejores personas y muy buenos costaleros. Amén de algún capataz que otro que hubo por allí. A todos los que estuvisteis presentes, solo daros las gracias, porque todos sabemos muy bien el porque estábamos y con quien.. o quienes...

Yo desde mi humilde blog, quiero dedicar esta entrada a esas personas. Y quiero compartir con todos ustedes, un encarguito que Marisa Lasala me hiciera en la sobremesa del sábado pasado. Una llamada de teléfono, "Abuín, me hace falta un favor. Me haría falta que escribieses algo para mi hermano Manolo y para Luis Carlos, que les queremos dar una sorpresa el próximo lunes"...

Me quedé totalmente helado, pues jamás recibí yo un encargo así, y la verdad ni me lo esperaba. No estoy acostumbrado a esas cosas, y cada uno sabe perfectamente sus limitaciones. Y yo se mejor que nadie cuales son las mías. Mi contestación de primeras fue en plan de guasa, que si no tenían a nadie mejor al que llamar, y que seguramente lo hiciese mucho mejor que yo. Y también recuerdo que le comente a Marisa, "que quieres que yo les diga a estos dos, si ya se lo he dicho tó"...

Aun así, no me pude negar a tal cosa, y mucho menos al pensar que estos "dos amigos", cuando pasen los años y tengan en su casa el precioso recuerdo que ayer les entregaron, al leerlo una vez más, se fijen en quien lo firmó. Yo con eso me conformo. Aquí os dejo dos trocitos de mi vida. Dos pequeños retazos de los recuerdos que te asaltan de lo vivido y bregado con ellos bajo un palio que es maravilla de este mundo. Dos pequeñas escaramuzas que se me vinieron a la cabeza en aquella tarde del sábado 4 de septiembre de 2010.

A Luis Carlos Oriol Varela

Toca el martillo, “compadre”...
toca tu ahora el martillo,
que te lo has ganado a pulso,
desde que eras un chiquillo.

Toca el martillo, “compadre”…
que llegando al segundo puente,
se me coge un pellizco en el alma,
y no es el frío ni el relente.

Toca tu esta vez el martillo,
y lleva a la Gloria a la de siempre,
que no se si será la última ”llamá”
en la que yo esté a tu vera presente.

Toca el martillo, “compadre”…
que como tu llamas a la Reina
siempre mirando de frente,
nadie lo hará a mi verita
cosa que juro “pá siempre”.

Y de negro luto vestido
su mano se alzó poderosa
y no he visto “llamá” más hermosa
que la que se dio en el “segundo puente”.

Ahora que nos quiten lo “bailáo”
lo “bregáo”, lo vivido y lo “soñáo”,
que me puedo morir tranquilo
sabiendo que buena compaña
nunca le faltó a mi gente.

Gracias “compadre”,... mil gracias,
por ser tu quien a mi verita
caballero “honráo” y decente,
tocaba el martillo de mi vida
siempre en el “segundo puente”…

Solo intenté ponerme por unos instantes en la piel de Manolo Lasala Martos. Espero que te gustara de corazón Luis. Pues con el corazón lo escribí...

Y a Manuel Lasala Martos

Dicen que en Granada
a la vera de San Pedro,
un romántico la vela…

Vestido de negro luto
con una sonrisa eterna,
dicen que se volvió loco
por una niña albaicinera.

Maravilla de este mundo
que al llegar la primavera,
sus manos se va mirando
mientras su sonrisa la consuela.

Dicen que se volvió loco
por una niña albaicinera,
que le quitó el “sentío”
hasta levantarle las “tapaeras”.

-Será con los que me miras-
le dijo Ella una primavera,
-Serás mis pies mientras vivas,
“pá” ponerme en la Carrera…

Y a la vera de San Pedro
sin que nadie se la bendiga,
puso siempre en la calle
lo que ahora alguien mendiga.

Que cada año más guapa
y siempre bajo su tutela,
ponía los pies en su barrio
a la “romántica carrera”…

Dicen que se volvió loco
loco, loquito por Ella,
dicen que se enamoró
de una niña albaicinera.

Vestido de negro luto
y con una sonrisa eterna,
serás siempre recordado
por tu cuadrilla señera.

“Venga de frente, Señores”…
Ya están los enamorados,
en la “Romántica Carrera”…

Manolo, ya te di ayer tela de abrazos, pero este lo hago público para que todo el que entre a este rincón costalero, sepa que fui pretoriano en un paso de muchos kilates, y que todo lo que vivi en Maravillas y en su hermandad, te lo debo a ti. Gracias por todo Manué... y Gloria a "los enamorados de la Romántica Carrera"...

7 de septiembre

7 de septiembre y un año más, algo que celebrar. Hace ya la friolera de cuarenta y un años, que una joven pareja cruzara la reja de San Pedro y se adentrasen por su patio empedrado para darse el "Sí, Quiero" a la vera de las Maravillas y con la venia de Santa Rita. Las cosas de la vida.

Ella, de blanco radiante, con su preciosa sonrisa eterna y su largo pelo negro y ensortijado recogido en un juvenil moño. Feliz cruzaba el dintel de San Pedro sin saber que le esperaba, pero sabiendo que era lo que quería. Granadina por los cuatro costados, nacida albaicinera por la gracia de Dios en el Carmen de San Fernando, o también llamado "el Carmen de las Palmeras", situado en plena calle San Juan de los Reyes y a la verita de la iglesia mudéjar que ostenta el mismo nombre. Frente a su casa, la calle Zafra, la misma por la cual y desde su ventana contemplaba amaneceres inmortales de estampas una y mil veces retratadas, y que hoy son postales repartidas por todos los rincones de nuestro planeta. Bautizada en San Pedro, justo a los pies de la Señora de la Carrera. De nombre le pusieron Manuela.

El, de traje negro, camisa blanca y corbata. Siempre del brazo de su madre. Nacido en Itrabo, provincia de Granada, entre bancales de frutos tropicales, y una Virgen que por Patrona de su pueblo la tienen y a la cual la llaman "Salud". Otra casualidad más de el porqué de mis devociones, y mi teoría de que todo está siempre entrelazado o interconectado por un lazo que nadie ve, pero que se palpa con el corazón en cuanto menos te lo esperas.

Este hombre, siendo muy joven llegó a Granada, y se colocó de aprendiz en el taller del Boletín Oficial, donde el padre de la novia, Ricardo Abuín "El Papi", se dejo su vida entera entre el plomo y el azufre de las linotipias y el trabajo habilidoso de los cajistas. Allí aprendió Jose Luís el oficio de la imprenta y de las artes gráficas, y allí conoció a la mujer con la que lleva toda una vida. Ella bajaba cada mañana a llevarle el almuerzo a su padre, e imagino porque yo también lo hubiese hecho, que las miradas de este joven de la costa granadina se cruzarían día tras día con las de ella, hasta que surgió ese amor que hoy cumple cuarenta y un años desde que se sellara a fuego, bajo la imponente mirada de la Alhambra y el leve susurro del río Darro.

7 de septiembre. Fecha marcada siempre en rojo en su calendario particular y como no en el mío... y es que de no ser por esta fecha, este que les escribe bajo la oscuridad de este bendito faldón, el cual cada día me da más satisfacciones, seguramente no hubiese nacido.

Así que desde aquí vaya mi felicitación a aquellos dos jovenes que me dieron la vida. Felicidades, por vuestro amor incondicional. Felicidades, por quererse como se que se quieren. Felicidades por todos y cada uno de los días que habéis pasado juntos, uno a la vera del otro. Felicidades porque ante las adversidades siempre os habéis crecido. Felicidades por ser como sois. Felicidades porque tal y como están las cosas es siempre de alabar que dos personas guarden tanto cariño y tanto amor cocinado a fuego lento, tras tantísimos días de guerra marital y de convivencia que ya pocos aguantan. Felicidades, porque esto hay que celebrarlo... porque siempre es un regalo poder escuchar vuestra voz un día más. Contemplar vuestras sonrisas y vuestros chascarrilos. Vuestras discusiones y vuestras pamplinas. Vuestros besos y esos gestos de amor entre vosotros, que mantienen viva aquella llama que firmasteis hoy, hace ya cuarenta y un años...

Y felicidades, porque habéis tenido dos cojones para ponernos a mi y a mis hermanos donde estamos, y mantenerse ustedes donde estáis... y eso, eso no lo da un papel firmado ni unas bendiciones impuestas. Eso lo da el corazón... y vuestros corazones se fundieron en uno solo. Uno que late al mismo compás desde aquel 7 de septiembre... hace hoy ya cuarenta y un años...

El palio más romántico de Granada - La Virgen de las Maravillas

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Foto cedida por Victor Ovies, de su web www.granadaphoto.com

El Misterio de los Misterios - La Santa Cena Sacramental

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